Me crucé en la trayectoria de la bala
Estoy haciendo estragos con mis pies y no logro nadar.
Me he puesto guantes de plomo,
tranquilizante para caballos en la cara,
libros de más en la mochila.
Ahí estoy yo, la víctima de mis propias decisiones.
El caballero dispuesto a iniciar duelo consigo mismo.
He diseñado un veneno que pruebo en mi
y para todo lo demás me hace más listo
y para todo lo demás me mata.

Si hoy me llama la Jihad me uno
Dispuesto a despedazarme sin matar a más infieles que a mi mismo.
Voy a consumir heroína de muy mala calidad.
Voy a andar descalzo el camino de Santiago,
las 500 millas de Indianapolis.
Me van a nombrar mártir de mi propia redención pero voy a morir antes de alcanzarla.
Voy a insultar al pelotón, a cerrar los ojos,
y a esperar que una bala,
me salve de seguir caminando con los pies atados.