Parte y Sistema

By Cymarel
El mundo a veces parece que nos arropa. Cuando miramos fuera de nuestra burbuja vemos una sociedad que muta delante de nuestros ojos y que funciona según algunas reglas pero que es en su mayor parte impredecible y dinámica. Ni las cabezas del poder pueden delinear con precisión nuestro destino ni nosotros escapar de él tan fácilmente. A veces ese caos nos atormenta. A veces nos hace libres. Mientras seguimos repitiendo errores pasados, guerras y prejuicios que nos encierran en conflictos circulares y cíclicos, hay científicos que crean vida, aprenden a eficientizar la información mediante impulsos eléctricos que leen ceros y unos, encuentran nuevas formas de energía y descifran los misterios del universo mediante teorías matemáticas. Y mientras el mundo se hace más viejo, somos más los hombres y mujeres que poblamos la tierra, que nos agolpamos y que trazamos castas definidas más por el acceso a los recursos y la educación que por la raza o la religión. A veces el mundo que nos arropa es cruel, casi siempre lo es, y por eso buscamos refugio en cosas pequeñas, en los ciclos de vida, en la familia, en el amor. Esa sábana certera nos hace olvidar por segundos la complejidad de los sistemas que nos rodean, nos protege, pero no nos libera. No podemos desconectarnos de ese mundo en el que vivimos, no debemos empeñar nuestra razón y mirar hacia otro lado. Si protegemos demasiado la membrana que nos rodea corremos el riesgo de quedarnos atrás en la evolución, de soltarle las riendas a la realidad y verla partir como galgo persiguiendo un peluche. Nuestra responsabilidad es convertirnos en piezas claves en nuestros respectivos sistemas, no en borrarnos. Tenemos la opción de ser cura o de ser cáncer. El mundo que nos arropa también somos nosotros, parte y sistema.
 

Oxidado

By Cymarel
Estoy tan oxidado como uno de esos blogs que antes decían tanto y ahora están callados. Me duelen las muñecas, la rodilla derecha, el hombro izquierdo y los dientes de mi risa reflejada en un charco. Estoy seriamente confundido. Me dice un amigo que Jesús ya había fundado una religión a los 33. Coño pero él era el hijo de Dios así cualquiera. Yo pienso en Saramago, pero estoy oxidado. Me cuesta dormir y levantarme también. Si bebo dos días seguidos hago una regresión a 1975 cuando todavía no había nacido, cuando todavía no era ni una célula ni una intención. Mi mirada está cansada de tanto ver tantas cosas, a veces encajonada en mi bandera y a veces simplemente tan conformista como feliz. Si me hicieran una radiografía saldrían huesos ocres. Solo se salva el corazón que a pesar de haber sufrido los envites con furia del engaño encontró un trasplante en un morena que conectó sus válvulas con tanta naturalidad como destino. Mi cabeza es como un caleidoscopio de ideas que no terminan de salir de ese recipiente en el que la magia solo se refleja. Me sigo diciendo que piense en Saramago que empezó a publicar a los 50 y vivió hasta los 98. Veré seguro mis propias revoluciones de rosas. Seguro que a esta madurez solo hay que echarle un poco de aceite para que deje de sonar a metal cansado. Y en eso estoy. Pa allá vamos, aunque sea oxidado!