Ciencia Cierta
No se vivir de otra forma que no sea la sensata. Y sensata, me dice Norma, no es la vida. La vida está llena de contradicciones, de eventos fortuitos que tiran toda la sensatez por la ventana. Pero entonces ya entramos a discutir temas más profundos, por ejemplo, qué es la sensatez en sí misma. Para un yupi rico de cualquier familia americana (toda América), lo sensato sería estudiar una carrera tradicional, heredar un montón de dinero y juntarse con una chica de igual fortuna para perpetuar la especie rica en el planeta. Pero para un joven de clase media, de una familia de buenos valores humanos, con inquietudes sociales, lo sensato sería abandonarlo todo y unirse a una ONG, o mejor aún cambiar el mundo, o lo esencial: perseguir un sueño. Entonces lo primero que hay que hacer, yo le digo a Norma siendo sensato, es identificar quién eres tú en realidad, el yupi o el joven progresista. Ante un análisis de esa magnitud, Norma siempre se junta de brazos y me mira como quien mira a un perro que no entiende nada, y luego se va. Yo me quedo sólo ocupando los espacios vacíos que quedan en mi cabeza e intento organizarlos en una realidad coherente. Entonces Norma llega de la cocina a terminar la guerra que antes había comenzado: “¿y las pasiones? ¿Cuando cuentas con ellas en tu sensatez? Yo me muerdo los labios porque ella sabe que las pasiones pueden ser sensatas también, pero ya hemos tenido mucho esta discusión y yo sólo me limito a responderle: “¿Y tu crees que es sensato que tu quieras confirmar de mis labios lo diferentes que somos?. Roja de ira, Norma se va con los brazos tensos aguantando los movimientos bruscos y ahí se acaba la conversación. Fui a ver al doctor poco después de esa conversación, me dijo que tenía cáncer en un pulmón, y yo nunca he fumado. Cuando se lo dije a Norma, no paró de llorar como por tres días. La primera vez que hicimos el amor después de la noticia se me salió el corazón por la boca; ella no paraba de llorar mientras tenía un orgasmo silencioso y prolongado. Yo la sensatez la he mandado a la mierda, aunque es sólo sensato que alguien que no tiene más de un año de vida se pueda permitir lujos así. Me he dedicado a irme por el país a conocer a toda esa gente que nunca quise ayudar. Ocasionalmente salto de algún que otro paracaídas. Me gusta nadar hasta que no puedo ver la orilla de la playa. Le fui infiel a Norma una vez, pero la conciencia no me dejó tranquilo como por una semana y entonces decidí que era mucho trote para tan poco tiempo. Vendí todos los carros y me quedé con un motor y una bicicleta (Me gusta más la bicicleta, pero hay días que no puedo llegar ni a la esquina). Norma está mucho más preocupada que yo, los roles se han invertido en la relación y ella me ruega constantemente que no sea insensato que hay cosas que me pueden matar y que ella no quiere dejar de vivir conmigo ni un minuto de los que nos quedan. En la cama con vistas al mar que Norma me ha conseguido para ayudarme a morir no dejo de pensar en todas las cosas que me hubiera gustado hacer. Todas las teorías sobre la vida que había elaborado con tanta precisión durante mi primera juventud parecen ahora cosas de niños. Me siento con confianza ahora que me voy, de que lo más importante es hacer lo que te pida el corazón (no el cuerpo, ni la mente) porque incluso cuando te equivocas te sigue quedando la satisfacción de lo vivido. Estar con Norma fue la decisión más irracional que tomé en mi vida y fue la más acertada.
cuando llegue al final tuve que buscar una cucharita para recoger mi corazon!!
te quiero manito!!
Pero por otro lado, me encantò el relato, definitivamente no se puede esperar a que la vida te de una última oportunidad, la oportunidad es ahora y ya! después si sobra tiempo no importa, mejor que falte a que sosobre.
MUACK!
Eso hago y me llaman loca ... pero soy feliz! Feliz con lo que hago, con lo que he logrado y feliz de conocerte a ti.