Ava Love
Ultimamente estoy teniendo muchas ideas. Muchas quedan descalificadas poco después de pensarlas, pero esta mañana tuve una que ojalá y sea adoptaba por toda la humanidad, especialmente por la de aquí de R.D. Y es que yo vivo con mi perrita, Ava, a la que muchos de ustedes conocen. Y es un amor, a veces hasta la desesperación. Pero hoy me di cuenta que satisfacer sus necesidades es sencillo. Si te levantas por la mañana, o llegas de la calle, o te pasas mucho tiempo sin hacerle caso, ella va y se acerca eufórica y te pone sus patitas en tu pierna y te mira con una carita irresistible y te pide, literalmente te pide que le des amor, se intenta subir y luego se tira al suelo con las cuatro patas pa arriba demandando cariño. Yo a veces pienso: “¡que puta!” “es que no se puede ser tan hedonista”, pero la pobre perra no entiende porqué yo soy así. Hoy cuando se me subió en la pierna, mi primer instinto fue echarla a un lado (ya lo hago por costumbre) pero no lo hice. Le acaricié el caquito, la mire a los ojos y cuando se tiró con las cuatro patas pa arriba le hice cosquillitas con los pies. En total fueron como dos minutos de placeres (por favor los mal pensados que se retracten), y luego se fue sin yo darme cuenta a sentarse feliz en un rinconcito al lado de mi cuarto. Cuando empezaba a recoger las cosas para irme, la vi, y me di cuenta que esto pasa siempre, que ella jode para que le den cariño pero cuando se lo dan, aunque sea un chín, después de un tiempo se queda tan feliz y tranquila, por lo menos por un período de tiempo. Eso fue lo que me dio la idea. Si a mí me dieran amor cuando me levanto, llego a la oficina, al banco (podrían contratar a alguien para eso), a una reunión, etc., yo sería superfeliz, no tendría problemas con nadie. Entonces quiere decir que un abrazo y un beso no son suficientes. Cuando nos veamos, tenemos que acariciarnos un poco la cabeza, así mutuamente como los monos; nos tiramos en el suelo y descalzos nos arrascarnos la barriga con los pies; nos miramos a los ojos y nos dejamos saber que lo que hay ahí dentro es amor de verdad, del inconsciente, del que no hace falta decirlo a cada rato. Y así, en cada lugar que lleguemos y con cada persona que nos crucemos y conozcamos (porque mi perrita no se va con cualquier loco). Sería el mundo perfecto (bueno haría falta que legalizaran cierta droga y le bajaran un chín al ritmo que vamos, pero sería un buen comienzo). Mientras tanto, Ava seguirá demostrándome que el cariño es algo que se tiene que dar en dosis diarias y frecuentes. Una buena receta para asegurarte fidelidad y un montón de sonrisas.
Dime un mail donde te pueda enviar par de canciones. Te voy a añadir a msn, a lo mejor por ahí te las puedo mandar.
:P
Yo quiero conocer a Ava ...
¿Quiero muchas cosas, no?